Según National Geographic, ocho milones de toneladas de residuos se vierten al mar cada año.
Estos plásticos no desaparecen y acaban descomponiéndose en microplásticos y como consecuencia acaban en lo que bebemos, comemos y respiramos.
Se calcula que el 90% de las sales de mesa contienen microplásticos.
De la Conca propone a los consumidores sustituir la sal marina por una sal del manantial.